martes, 20 de enero de 2015

PARTICIPACIÓN DE LOS NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES PARA FORTALECIMIENTO DE SU IDENTIDAD CIUDADANA

Mediante el presente artículo se busca demostrar la posibilidad real de que los niños, niñas y adolescentes del caserío Caballo Blanco pueden participar activamente en los procesos sociales, políticos, económicos y medioambientales de su localidad ejerciendo su derecho a la participación cuidada y ser protagonistas del cambio y desarrollo de su comunidad.

Palabras clave: participación, desarrollo comunitario, espacios de dialogo, niños niñas y adolescentes.

Abstract : In the present article seeks to demonstrate the real possibility that children and adolescents hamlet Caballo Blanco can actively participate in social , political, economic and environmental processes your local exercising their right to the careful participation and be protagonists change and community development .


Keywords : participation, community development, spaces for dialogue , children and adolescent girls

En la actualidad para la mayoría de grupos sociales lo ideal es tener una comunicación más participativa, dialógica, horizontal y creativa. Este cambio comunicacional se da a nivel estudiantil, de familia, iglesia y a nivel de organizaciones informales. Así mismo se manifiesta también en los medios masivos, que ya dejaron de tratar exclusivamente de temas políticos, e informan sobre todos los temas posibles, tratando de captar audiencias. Además las personas acceden a los medios de comunicación y participan emitiendo su opinión.
Sin embargo y a pesar de la generalización de la tecnología los niños, niñas y adolescentes del caserío Caballo Blanco – Pucalá aún no han desarrollado esa capacidad de participar activamente en los medios de comunicación como en las decisiones que se toman de su comunidad. Es más se podría decir que muchos de ellos desconocen del poder que tienen dentro del proceso de desarrollo de su localidad por lo cual se mantiene al margen de los procesos y actividades que realizan sus autoridades, dejando siempre el derecho a elección y participación solo a los adultos. Pero como podemos hablar de adultos participativos si cuando fueron jóvenes nunca se informaron de sus derechos , primero como niños, niñas y adolescentes y luego como jóvenes, para así llegar  a una adultez con las armas necesarias en el conocimiento de sus derechos y obligaciones, para no dejarse engañar por las autoridades o para no desperdiciar el potencial con que una comunidad cuenta, que sin importar el tamaño de población, o la lejanía a la cuidad puede alcanzar un desarrollo colectivo.
Entre las personas adultas, la idea de que los niños, niñas y adolescentes debería participar provoca reacciones de desconfianza, duda o miedo y algunas veces imaginamos que darles a los niños la oportunidad de expresar sus ideas es sinónimo de darles el control total y dejarles que se hagan cargo del mundo.  Por lo que les ofrecemos pocos espacios y oportunidades para que expresen sus propias ideas y opiniones. La necesidad de considerar a los niños y niñas como sujetos activos de nuestra sociedad es cada vez es más grande y, también, la necesidad de formar personas capaces de decidir sobre su propio desarrollo y de aportar juicios y soluciones en sus familias, escuelas y comunidades aportaría al desarrollo que tanto ansiamos.

Peter Crowly define el derecho a la participación como un derecho civil y político porque es “un principio rector clave, un derecho ‘facilitador’, es decir que su cumplimiento contribuye a asegurar el cumplimiento de todos los demás derechos. No es solamente un medio para lograr un fin, ni tampoco simplemente un ‘proceso’: es un derecho civil y político básico para todos los niños y, por lo tanto, también un fin en sí mismo.
Así mismo cabe mencionar que existen diversas teorías sobre el desarrollo de la identidad en la etapa de la niñez y la adolescencia, y muchas de ellas coinciden en que al final de estas dos etapas la participación comunitaria ocupa un lugar considerable, sin embargo, cada período necesita tipos de participación diferente.
Por ejemplo en la etapa final de la niñez, es decir, de los 8 a los 11 años, los niños y niñas son considerados entusiastas y desarrollan la necesidad de división del trabajo y de compartir oportunidades. Además, ven el trabajo en grupo como una oportunidad de demostrar su capacidad y sus primeras expresiones de autonomía; por tal motivo, si se trabaja con niños y niñas de esta edad se debe proporcionar los recursos para motivar su ánimo y llevar a cabo programas de participación que estimulen su energía frente al mundo como canal para explorar su identidad y así despertar en ellos la voluntad de participar activamente en su comunidad.
En lo que se refiere a la etapa final de la adolescencia, al igual que se experimentan cambios fisiológicos, se experimenta un período de identidad que busca consolidar su relación con la sociedad. Al contrario que la etapa final de la niñez, en esta fase los jóvenes son más introvertidos y los proyectos en los que participan deben permitir la comparación entre uno mismo y los otros en contextos emocionales. (Hart 20001)
Algo más que debemos tener en cuenta por su nivel de importancia es el concepto de autoestima, ya que lo que los niños y jóvenes sienten por sí mismos es un factor fundamental en el proceso de participación, y con frecuencia está relacionado con la clase social o cultural a la que pertenecen. Por lo que los niños, niñas o adolecentes con una autoestima baja desarrollan formas de defensa que no les permiten comunicar sus ideas y sentimientos, lo que conlleva que la participación en grupo sea más difícil. Por tal motivo, es fundamental identificar la situación y darles oportunidad para que desarrollen sus propias capacidades, lo cual significa proporcionar diferentes formas de participación y de expresión en las que ellos puedan encontrarse más cómodos y así poco a poco empezar a soltarse para llegar a una participación conjunta.
Los niños, niñas y adolescentes presentan diferentes aportaciones en la participación grupal dependiendo a la etapa de desarrollo en que se encuentren.
Por lo que podemos decir que si buscamos un desarrollo de nuestro país, no debemos olvidarnos de las comunidades alejadas de la cuidad así como no debemos dejar de lado a los niños, niñas y adolescente que también tienen mucho que aportar en este proceso de desarrollo. Pues todos los niños, niñas y adolescentes son “sujetos de derecho” que tienen derecho a opinar, a decir “algo” sobre aquello que les afecta o desean que cambie. Según Cussiánovich (2002), “la participación permite retomar la condición de sujeto y actor del niño, de su derecho a la opinión, a tener voz, a participar en todo aquello que le concierne. Los fundamentos conceptuales de los que nace esta consideración parten de la consideración de dignidad e igualdad que goza toda persona, de la esencialidad de ser sujeto social, de la educabilidad de todo ser humano, de la responsabilidad como condición de libertad y el interés superior del niño”

¿Por qué debemos incentivar a los NNA (niños, niñas y adolescentes) a participar?
·         Porque los NNA son ciudadanos del presente con derecho a participar. Si participan desde temprana edad con seguridad serán mejores ciudadanos.
·         Los NNA al participar desarrollan y potencian una serie de habilidades, adquieren poder, mejoran su autoestima y disfrutan de su participación.
·         Los NNA al participar en acciones de incidencia se convierten en actores de su propio desarrollo y dejan de ser receptores pasivos de lo que “otros” deciden en su nombre.
·         Los NNA tienen derecho de influir en las decisiones que afectan sus vidas.
·         Involucrar a los NNA contribuye a proponer mejores soluciones para resolver la problemática que les afecta.
·         Los tomadores de decisión les prestan más atención a los NNA.
Entonces es importante que los NNA participen de manera organizada para lograr las metas que se proponen en equipo, “La participación en la sociedad suele estar vinculada a la organización. En el caso de la infancia y la adolescencia esto adquiere una vinculación indispensable para el ejercicio de los derechos de los NNA, por cuanto actúa como mecanismo de socialización, articulación, empoderamiento, visibilidad e impacto. Tanto en la Convención, en el artículo 15 sobre la libertad de asociación y de celebrar reuniones pacíficas; como en la Observación General N° 12 párrafo 128, se recomienda apoyar y estimular a los niños para que formen sus propias organizaciones e iniciativas dirigidas por ellos mismos, a fin de crear espacios para la participación y representación auténticas (Informe para Save the Children. Solari, Gina. Promoción de la Participación de Niños, Niñas y Adolescentes.)
 Debemos entender que darles a los niños, niñas y adolescentes la oportunidad  de participar es incorporar como experiencia de vida, la pertenencia a espacios colectivos donde las opiniones de cada uno importan, donde se deben acatar ciertas normas para que todos se expresen con libertad, donde muchas veces se deben aceptar decisiones que no coinciden plenamente con los deseos de cada uno, pero que reflejan la postura tomada por un colectivo que nos incluyó, escuchó e intercambió argumentos para llegar a esa decisión. Se trata de buscar un aprendizaje donde niños, niñas y adolescentes aprenden junto a adultos que participan indirectamente de estas experiencias descubriendo que otras formas de relacionamiento intergeneracional son posibles, que dar un lugar diferente a los niños no es sinónimo de caos, sino de un orden diferente que contribuye a mejorar la calidad de vida de todos y todas.
Para promover y respetar la  importancia de la participación de los niños, niñas y adolescentes Save the Children ha elaborado estos principios a los cuales ha denominado Estándares de Participación de la Niñez:
·         “Un enfoque ético: transparencia, honestidad y responsabilidad. Las organizaciones de adultos y los trabajadores se comprometen a una práctica participativa ética y a la primacía de los mejores intereses de la niñez.
·         La participación de la niñez es apropiada y relevante. Niños y niñas participan y trabajan sobre asuntos que los afectan directamente y tienen la opción de participar o no.
·         Un entorno favorecedor y amigable para la niñez. Niños y niñas son recibidos en un entorno seguro, acogedor y estimulante para su participación.
·         Igualdad de oportunidades. El trabajo para la participación de la niñez debe cuestionar, y no reforzar, los patrones existentes de discriminación y exclusión. Esto anima a aquellos grupos de niños y niñas que típicamente sufren de discriminación o frecuentemente son excluidos de las actividades a involucrarse en los procesos participativos.
·         El personal trabaja con efectividad y confianza. Se capacita y apoya a los adultos –gerentes y personal– involucrados en el trabajo de la participación de la niñez para que su trabajo sea del más alto nivel.
·         La participación promueve la seguridad y protección de la niñez. Las políticas y procedimientos para la protección de la niñez son parte esencial del trabajo participativo con niños y niñas.
Todas las personas estamos llamados a asegurar el seguimiento y la evaluación de lo antes expuesto. Ya que el indicador del respeto hacia la participación de niños y niñas es el compromiso de brindar retroalimentación y/o seguimiento, y de evaluar la participación de todos los involucrados en acciones, proyectos, programas, etc.”.
La participación de los niños, niñas y adolescentes busca hacer incidencia desde un enfoque de desarrollo basado en derechos, lo que implica entender “dicho apoyo” solicitado a la autoridad (sea alcalde, congresista, ministro u otro) como “un derecho exigible” y, por tanto, como “un deber” de ser cumplido por parte del “garante de derecho” o “portador de obligaciones”, siendo quienes promueven su cumplimiento “portadores de derechos”.
Después de haber expuesto la razón por la cual es importante la participación de los niños y adolescentes, quisiera contrastarlo con la realidad que se vive en el caserío de Caballo Blanco, si bien es cierto la escaza participación de los NNA, es un problema que se puede considerar general en nuestro país, pero como antes mencionaba no solo hay que darle prioridad a las poblaciones que se ubican en la cuidad sino también incentivar a aquellos de localidades alejadas y poco participativas de nuestra región a involucrarse en el camino hacia el desarrollo. Así también es importante mencionar que se está dirigiendo esta investigación a los niños , niñas y adolescentes de entre 10 a 14 porque ellos están en ese espacio de cambios donde es muy importante colaborar con su formación como ciudadanos, pero como ciudadanos distintos, ciudadanos que participen activamente y hagan escuchar sus ideas por lo cual si empiezan desde pequeños cuando tengan más responsabilidades conocerán sus derechos y deberes, para hacer respetar su opinión y formar parte del desarrollo, dejando de lado la idea de que solo las autoridades están obligadas a realizar el cambio de desarrollo y mejora de una comunidad.
Al tener claro cuán importante es la participación de los niños, niñas ya adolescentes del caserío de Caballo Blanco, se propone incentivar en ellos la participación para el fortalecimiento de su identidad ciudadana mediante un plan de comunicación basado en el desarrollo de sus capacidades expresivas generando así espacios de dialogo donde se sientan cómodos y seguros de poder expresar lo que sienten y creen. Ya que mediante varios proyectos de comunicación se ha demostrado que los talleres de expresión ayudan en gran manera a que los NNA ejerciten su capacidad de comunicación e intervención cuando sea necesario o crean que deben actuar.
Para reafirmar lo antes expuesto nos presentaremos las teorías de las cuales me he servido como base para realizar esta investigación encaminada a la comunicación para el desarrollo.
Teorías:
Teoría de la participación.
Incorpora los conceptos del emergente esquema de referencia de la multiplicidad (otro desarrollo). Afirma la importancia de la identidad cultural de las comunidades locales y de la democratización y participación en todos los niveles internacional, nacional, local e individual. Esto apunta a una estrategia no meramente inclusiva sino ampliamente originada en los tradicionales “receptores” de la comunicación. Paulo Freire (1983:76) se refiere a esto como el derecho de toda la gente a expresar su palabra individual y colectivamente: “esto no es el privilegio de algunos pocos hombres, sino el derecho de todo ser humano. Por lo tanto ninguno puede expresar una palabra verdadera en soledad —ni puede decirla por otro, en un acto prescriptivo que silencie las palabras de otros”.
Es muy importante en el proceso de la toma de decisiones para el desarrollo porque hace compartir la información, el conocimiento, la confianza, el compromiso y una correcta actitud respecto de los proyectos de desarrollo. “Esto requiere de una nueva actitud para superar el pensamiento estereotipado y promover una mayor comprensión de la diversidad y la pluralidad, con pleno respeto de la dignidad y la igualdad de las personas que viven en diferentes condiciones y actúan de modos diferentes”. (International Commission for the Study of Communication Problems, 1980:254). Este modelo sostiene la colaboración recíproca a través de todos los niveles de participación. Es necesario escuchar lo que otros dicen, respetar la actitud de la contraparte y tener confianza mutua.
Esta teoría prueba la capacidad con la que cuentan las personas para elegir y decir al momento de participar dentro de cualquier espacio de dialogo. Según Xavier (1980) “Los esfuerzos del desarrollo deben basarse en la capacidad de la gente para discernir qué es lo mejor que se puede hacer cuando buscan su propia liberación y cómo participar activamente en la tarea de transformar la sociedad. Las personas son inteligentes y tienen siglos de experiencia. Pongamos en juego su fortaleza. Escuchémoslas”.
Según muchos autores la auténtica participación se relaciona directamente con el poder y su distribución en la sociedad. La participación “puede resultar incómoda para aquellos que sostienen el status quo y en consecuencia es esperable que sean resistidos dichos esfuerzos de fortalecimiento del poder de la gente” (Lozare, 1994:2). Por lo tanto el desarrollo y la participación están íntimamente relacionados.
Así mismo cabe mencionar que existen dos enfoques principales de la comunicación participativa que en la actualidad son aceptados como de sentido común. El primero es la pedagogía dialógica de Paulo Freire y el segundo incluye las ideas de acceso, participación y autogestión articuladas en los debates de la Organización de las Naciones Unidas para la Ciencia, la Educación y la Cultura (UNESCO) de la década del 70. Cada proyecto de comunicación que se autodenomina participativo acepta estos principios de la comunicación democrática.
Entonces el argumento de Paulo Freire muestra una estrategia teórica dual. Insiste en que las personas dominadas deben ser tratadas como sujetos plenos en cualquier proceso político. Esto implica una comunicación dialógica. Freire sostiene que la oportunidad individual no es una solución para las situaciones generales de pobreza y dominación cultural.
El segundo discurso sobre la comunicación participativa está en el lenguaje de la UNESCO acerca de la autogestión, el acceso y la participación formulado en 1977 en el encuentro de Belgrado, Yugoslavia. El informe final de este encuentro define los términos de la siguiente manera:
Acceso refiere al uso de los medios de comunicación para el servicio público. Podría ser definido en términos de las oportunidades disponibles para el público de seleccionar programas variados y relevantes y de tener medios de retroalimentación para transmitir sus reacciones y demandas a las organizaciones productivas.
La participación implica un más alto nivel de involucración del público en los sistemas de comunicación. Esta incluye la participación del público en el proceso de producción y también en el gerenciamiento y la planificación de sistemas de comunicación.
La participación puede ser nada más que la representación y la consulta del público en el proceso de decisión. Por otro lado, la autogestión es la más avanzada forma de participación. En este caso, el público ejercita el poder de decisión dentro de empresas y organizaciones de la comunicación y está también plenamente envuelto en la formulación de políticas y planes de comunicación.
Estas ideas son importantes y ampliamente aceptadas como una teoría normativa de la comunicación alternativa: ésta supone acceso y participación. Sin embargo, hay ciertas diferencias con el planteo de Freire. El discurso de la UNESCO incluye la idea de una gradual progresión. Alguna capacidad de acceso puede ser obtenida pero la autogestión puede ser pospuesta al menos durante algún tiempo. La teoría de Freire no comparte dicho compromiso.
El discurso de la UNESCO habla en términos neutrales acerca del “público”. Freire habla de los oprimidos. Finalmente el discurso de la UNESCO coloca el foco principal en la institución. La radio participativa, por ejemplo, significa una emisora de radio que es auto gestionada por aquellos que participan en ella. Por lo cual podemos decir que nos inclinamos por el discurso de  la UNESCO, ya que lo que se quiere es incentivar el deseo por un desarrollo colectivo de las personas sin verlas a ellas mismas como personas marginadas o sin derechos, sino más bien impulsar en ellas sus capacidades participativas.
La comunicación para el desarrollo es vista desde esta perspectiva como un proceso de intercambio de “significados”, donde importa el contexto social, los patrones de relación y las instituciones intervinientes. Sin olvidar que las redes paralelas a las institucionales son altamente participativas y, sin contar con ellas, puede afectarse seriamente los esfuerzos de comunicación. Estas no son excluyentes entre sí. Un uso integrado puede reanudar en mucha mayor efectividad.
La comunicación para el desarrollo es vista también como una relación. “toda la acción de desarrollo- dice Alfaro (1993)- se sitúa entonces en relaciones intersubjetivas diversas y complejas”, que han de reconocer la presencia de un “otro”. En tales relaciones no hay un sujeto pasivo identificado como el beneficiario. Hay, por el contrario una relación activa en la que es necesario reconocer un rol a los destinatarios de cada proyecto. De esta forma estos nexos contribuyen a definir las identidades mutuas.
Comunicación participativa tiene dos enfoques principales (Servaes). El primero es la pedagogía dialógica, centrada en el habla. Se centra en el habla grupal y no en los modernos medios de comunicación. El segundo está ligado a las propuestas impulsadas desde la UNESCO sobre acceso (en la selección de programas y en la retroalimentación), participación (en el proceso de la comunicación) y autogestión (decisión al interior de las empresas de la comunicación). En cualquier caso ofrece una perspectiva interactiva y no lineal.

Teoría de la comunicación comunitaria
La idea de la comunicación comunitaria obedece al interés por el papel que podría desempeñar el individuo en la configuración de su propio entorno sociopolítico, económico y cultural.
En efecto, no solamente se refiere al acceso a la información y a la participación en los medios de producción, sino también a una gestión comunitaria del sistema de comunicación y al establecimiento de las políticas de comunicación. Esta teoría toma de los estudios críticos culturales la necesidad de lograr consensos morales y negociaciones en sociedades cada vez más y más conscientemente pluralistas. Pide que se reconozca el derecho de existencia a las diferentes identidades culturales para llegar a un paquete común de significados y a una filosofía pública, donde cada uno puede reconocer algo de su identidad.
 Es aquí donde la ética de la comunicación comunitaria plantea que la ciudadanía tiene un derecho humano independiente del Estado. Dice que el fundamento de la nación no es el Estado, sino la infraestructura densa de organizaciones voluntarias construidas a través de la participación directa de la gente a nivel local. Es la sociedad civil. Y establece que los medios de comunicación ciertamente deben informar sobre el Estado, pero asimismo sobre la sociedad civil y sus integrantes, y sobre lo que ellos opinan del actuar del Estado. Está mucho más atenta a las corrientes de insatisfacción e injusticia de los grupos periféricos. La ética comunitaria de la comunicación busca potenciar a los grupos a través de la afirmación y reconocimiento de su identidad, pero sin buscar el controlar y dominar. La afirmación de identidad lleva a la claridad del tratamiento justo o injusto de su grupo. En el momento más impredecible, este sentido de identidad puede llevar a una acción política decisiva. La experiencia indica que los procesos de democratización de la comunicación se han logrado a través de movimientos sociales.
Relacionando la teoría con la propuesta de la participación de los niños, niñas y adolescentes para fortalecer su identidad ciudadana y así poder colaborar con el desarrollo de su comunidad podemos decir que la teoría tiene mucho que ver pues , es necesario que los NNA se sientan identificados con su comunidad involucrarse en los temas que a ella conciernen y despertar en ellos el deseo de la participación además de entender que es necesario su colaboración para un desarrollo colectivo y de partes iguales tanto niños, niñas ,adolescentes, y adultos.
 Conclusiones
En la actualidad se habla y se busca mucho una sociedad democrática y participativa si bien es cierto, muchas veces la teoría pocas veces se cumple, sin embargo esto no desanima a los que creemos que se puede lograr un cambio si es que realmente se quiere y se trabaja para lograrlo. Además los actuales medios de comunicación y las nuevas tecnologías facilitan la participación de los ciudadanos.
También hay que recordar que las redes paralelas y alternativas, que no siempre son activas, a menudo funcionan a través de estructuras de clases, religiosas, socioculturales y políticas o pueden ser usadas a través de canales folklóricos, artísticos o culturales. Estas redes muestran un comportamiento altamente participativo, altos índices de credibilidad y una fuerte integración orgánica con otras instituciones consolidadas de una determinada sociedad.
Por otro lado la teoría de la comunicación comunitaria indica la importancia de la participación pero no sin antes generar esa identidad con nuestra cultura, con la realidad que se vive para primero conocer con lo que contamos y ver en que debemos reforzar, cuáles son nuestras habilidades y cuáles son nuestras carencias, para dependiendo de ello empezar a trabajar.

lunes, 12 de enero de 2015

DETERMINACIÓN DE LA MUESTRA DE ESTUDIO

¿De qué manera la ejecución de un plan de comunicación basado en el desarrollo de capacidades expresivas favorecerá la apertura de espacios de diálogo e involucramiento social en los niños y adolescentes del colegio “Andrés Barón Berrios” del caserío Caballo Blanco para el fortalecimiento de su identidad ciudadana?